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viernes, 25 de septiembre de 2009

El Universo Es De Pasión








El Universo Es De Pasión
 





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¿De qué me sirve ganar,
alzarme ligeramente adornada por mis espadas,
exhibir mi coraza, mis firmes convicciones,
mis huidas perfectas
mi sabio vino que me adormece y me consuela?




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Exenta estoy de la cabeza y de los horrores del suelo,
de la apacible tarde que podía haber sido feliz
y sin embargo
hay algo extraño en ella,
algo que no puedo nombrar
y es que estoy así sin manos, acotada,
sin orejas ni sombra,
sin nombre para que me encuentren,
sin sentidos con los que falsificar
alguna distracción.

Libre del día aciago, de la pregunta por hacer,





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¿de qué sirve toda la luz de la mañana desfilando para mis ojos
si estoy tan sola cuando me cerca la oscuridad?.

¿Cómo voy a poder continuar este poema
si encuentro alguna calma en lo que digo
y cuando no me es posible explicar lo que sucede
no me asiste memoria
ni cosa física
ni tiempo
ni sol
ni mentira
ni hermano ni puñal que ratifique mi sangre?.




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Si me traiciono y me desencuentro a cada paso
y no tengo eternidad que me defienda.

¿Cuánto tiempo va a mantener esta claridad acústica y sorda
sus impostados amarillos sobre el silencio de mi cuarto
que se encoge, se encoge, se encoge?.

Su maldición perenne contra mí.

Y si me enredo en las amígdalas
y si me entrego en las papilas
y si me doy en los papeles del libro imaginado
y si me disparo como un maldito ser
atormentado por la ira
y si usando mis uñas para quitar la escarcha de mi coche
me desdigo de todo
y me despierto en la mañana irónica y taquicárdica
para tener conciencia mutua, segura, controvertida,




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firme,
roca,
madera,




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indefendiblemente confundida
y me inoculo con doce sacramentos y un álgebra
y no he podido
a pesar de estar aquí
tener visión alguna de lo inmenso,




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entonces
entonces
entonces

¿para qué toda esta pena?












RECITA AMANDA











jueves, 24 de septiembre de 2009

Me Sobra El Capital


Me Sobra El Capital





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Fuego en los pantalones,
fuego a la hora de comer,
fuego en las patas de las sillas,
arden los libros, el peine,
se ponen a arder los artefactos,



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fuego en los labios, se mata el horizonte,
fuego en la boca y en el agua,
el calor por montera,

fuego en el cementerio, en los colegios, en la luna,
fuego en el pensamiento tirado a tierra
a gritos,
fuego el Martes, el Miércoles y en el aire,
fuego a continuación,



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la lengua dice como un volcán tu palabra gatillo,
el eco ardiendo detrás de tu escondite,
tu nota fija en el piano
obsesionante,
el teclado quemando,
quemando la pared,



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y te acercas haciendo juegos con las llamas,
si te detienes el rojo se agiganta,
fuego en la forma de reir,
en el bolsillo y en el cine
muñecos en las llamas



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fuego adentro




El castillo de las hadas Pictures, Images and Photos



fuego aquí, dónde estás,
explanadas de hogueras en la calle,
barcos quemándose a siniestro y por doquier,
el agua no funciona,





molinos a vapor
escapando
a las llamas
andando para atrás,



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esquivando la cama y la madera,
soliviantando la paz todo el día,
no hay azul.













Nos Queda La Eternidad, Barmadu






Nos Queda La Eternidad,

Barmadu





“Ante la inminencia del matadero ya no especulas demasiado con las cosas del porvenir,
sólo piensas en amar durante los días que te quedan, ya que es el único medio de olvidar
el cuerpo un poco, olvidar que pronto te van a desollar de arriba abajo."



-Louis Ferdinand Celine - Viaje Al Fin De La Noche-







Para qué necesito las dimensiones
si me basta con el despertador
gritando con toda su maquinaria,
para qué necesito comprobar esto o aquello
si me sostengo
con el olor violento de las omisiones

y el alfiler con el que me tropiezo cada vez
que pretendo una llave,
y todo cae en fracciones de eternidad,
ya se me hace inevitable renegar del café,
el pensamiento entonces es una mala habilidad,
tanto como el traje abandonado que descubrí
mientras buscaba en la cartera,
de cuando en cuando,
cuando menos lo esperas,
se nubla la creencia y el estupor,
se corroe el aspecto y el espacio
que tenía la luz por la mañana,
se trastocan las cosas.


Aún no es tiempo,
aún no es esperanza,
aún no estamos despiertos ni ahuyentando la tristeza,
aún no es nada de dormir,
ni de ver
ni quedarnos a oscuras,
atravesar el tejido tentacular de los sueños.






Siento palabras, nada más que palabras
entrando en la maleza,
eso que lleva el nombre de corazón
como una daga que teje y desteje
la determinación
interna del humo,


ninguna crueldad aparte de mis botines,
aparte del color escarlata de la amnesia
que hace rodar las frases
por el suelo
tan
estéril,
ahora que los dos sufrimos la madurez interminable
y ya no son vendibles los milagros
ni es posible ya la condensación
(por lo demás inexistente)
de la trama
de tan sublime mecanismo.







lunes, 21 de septiembre de 2009

Vientos Alisios





Vientos Alisios







Han sido necesarias 24 horas para que te recuerde,
tanto y tanto te he querido,

se han estropeado los ojos, los objetos, las señales
los separadores de los libros,
se han levantado en guardia las azucenas,
los gladiolos, los alhelíes,
las rosas y los geranios también,
parecía que los pájaros fueran inteligentes para herir
que los gatos se comieran el centeno y en realidad
no había pájaros
pero bajaban y bajaban
y no sé que hacían ellos entre mis piernas
y yo gritaba y gritaba y no los podía detener
y sus insensibilidades me destrozaban la cabeza,

y entonces pasé 24 horas odiando las canciones,
y cuando hablaba no decía nada y todo mentía,

no, no era exactamente así,
era un miedo a que desaparecieras y desapareciste y entonces
dejaron de ser dulces las equivocaciones
y se pusieron violentos los violines
y todo se peleaba con nada
y el vino tinto era la sal
y las copas de champagne no bailaban
y una trompeta apareció en el mediodía como un ángel envenenado
y el pan se apoderó de una sed surrealista
y entonces me encontré con aquella mujer

porque la veía sentada con su abrigo sin su abrigo,
con su mirada sin su mirada,
eran las doce y no eran las doce
y yo quise tocarla
pero faltaba yo,
o quizás fuera el tiempo o las gallinas
o me ingresaron en un lugar extraño
en el que no se sale nunca del sonido,






y después las palabras, la palabra, el trapo, los trapos,
artículos indolentes que amontonan las cosas,
que cuestionan los labios
y es que no es triste la tristeza,
no digo ni que sí ni que no,
pero es que no es triste la tristeza,
lo que es triste es la silla, la mesa, la ventana,
y entonces la tristeza también se va






¡Vientos Alisios!






Y después
24 horas,
quiero decir que no me viste,
no eras más que un fleco de tela cruzada
y todo fue tirado sin querer al naufragio
con ese mecanismo demacrado






y no sabría ni decirte quienes eran aquellos muñecos,
y entonces fue peor porque ganó la angustia,
cualquier filibustero lo podría entender,
y me marché por todas partes y luego fui geométrica
y mi corazón era un poema
y las cosas se amontonaban así
oliendo por todas partes a ganas de llorar,
tú, la calle,
tu horario,
tú pronombre,
tu yo,
el barril donde meto los lapiceros que no escriben,
los bolígrafos muertos,
mis gafas
y este soliloquio para peces.




Nos Queda La Eternidad






No
s Queda La Eternidad





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“Te vi llegar con tus linternas,


vengador vagabundo cubierto de flores.”



-Enrique Molina-






Se Acaba El Día llego a este lugar sin certezas sin dudas con el terrible presentimiento de no haber visto con la terrible oscuridad de haberte visto pasar allá a lo lejos entre las cosas los encargos los rostros... las costumbres los miedos... las gallardías los preámbulos... porque no sabes ser diferente ni igual, ser no ser, y por qué no, alguna que otra maldición.





Puerto Rico Pictures, Images and Photos





Pero se acaba el día y ni siquiera eres un nombre no sé si esto corregirá si va a valer la pena que me disgregue... tenías una voz eso sí tenías que venir aquí al final para que yo pusiera una palabra para tener un cuento de tinieblas otro misterio para que fueras como afuera en la Tierra que te parezcas a un fantasma desde siempre perdido tenías sí que estar aquí y ahora rematando la soledad apresado en mi vientre no, no es por el peso de la piedra la piedra signo verbal nada más la piedra existe pero tú no eres piedra eres después que no se deja nacer.




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Y luego te encuentro en todas las cosas que se interrumpen en las conversaciones en los ruidos del aire que se interpretan gravemente en las miradas que se quieren decir pero luego no dicen en las palabras que no se dejan estrechar contra el pecho entre las gentes del mundo que he conocido hoy con tal certeza que ahora quisiera poseer su dinámica sus abrazos extraerles de su lengua de su rail de su casa de su estancia de su homogeneidad de su poca locura.




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No tú no eres tampoco sombra sólo la tierra del desierto la lluvia del desierto la calma de la muerte la ansiedad de vivir la mansedumbre la curva irritante de mis deseos, si existieras, tendrías que ser de lava.
























domingo, 20 de septiembre de 2009

Hormigas Sin Voz






Hormigas Sin Voz







He venido hasta aquí para esto,
para dormir la máscara, el ingenio, la maldad,
una foto de huesos contra tu sangre
en el fondo velado del asterisco.

Hablo sola,
las más bellas palabras se han escrito
con las manos inciertas,
con los ojos oblicuos,
con el suelo cantando,
contra este reino tan celeste del día que sufre
por nada,
porque tu pie descansa en otro sitio,


en una casa, en un detalle,
en una estúpida verdad que ya no quiere
ni quisiera importar,
que ya prescinde y arremete contra aquellos asuntos
que siempre se equivocan.
Y fabrico una lata en la que viven bailarinas
y las pongo a danzar
para salirme de la fábula,


y las arrastro sus vestidos en un tono menor,
la tristeza como una prohibición ya que existen los mancos
y ahora toca su clave de Do
sosteniendo el silencio.


Se ha inundado el palacio de música,
la trinchera es recinto nada más para casos urgentes
y en esa abreviatura en la que se hunde mi fe
hago sofismas y tratados
con la importancia de las proteínas.


Cuando se agote la forma que comprime este cuadro
o se curve la mañana poniendo a prueba tu existencia
y me convenza de verdad de que existe el periódico
y sea irrelevante que sea Martes hoy
y todo sea tan frágil que se oponga a la gravedad
y la pizarra se haya hinchado de voces
y la voz un fracaso
y la apariencia se destape
y tu sonrisa de pálida corona
seas tú seas porque así lo deciden los astros,
porque así lo dispone
la configuración de tu garganta
y mi razón es un oscuro bosque que se aclara
en el estrato de la noche



(y nada más que así)




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a tu palabra de cristal
yo le opongo los platos
y esta pequeña sinfonía que divide las cosas
y prescinde de la ropa que vas a ponerte mañana
o de si no has hecho la cama,
hubiera sido un detalle que humeara la sopa.



Sigue Escribiendo Por Mí





Sigue Escribiendo
Por Mí





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Remedios Varo




No está bien que te diga que quisiera abrazarte,
¿escribes?
es como decir: ¿qué tal estás?
es como decir: ahora mismo, ahora mismo,

sería como sentir la diferencia entre el frío y el no frío,
tal vez, si lo pensara, habría la diferencia,
si no, no.

Te pregunto para no chocarme contigo debajo de la mesa,
contra los tenedores,
¿a quién le importa una historia de amor?, sí, claro,
porque así debe llamarse,
de alguna forma ha de llamarse,
aquí los adjetivos te sustituyen,
aquí te cambio la pregunta por tantos y tantos:

¿escribes?

Sería como decir: no es verdad la distancia,
o como decir: la distancia es verdad.




















FUGA







FUGA














Incendiado candil para la fuga,


me paseo


en el umbral indiscutible de tu cuerpo.
























Desafinado




Desafinado




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"No hay nada que expresar, nada con qué expresarle, nada desde donde expresarle, no


poder expresarlo, no querer expresarle, junto con la obligación de expresarlo."





-Samuel Beckett-






Habría que escribir con martillos,
habría que hacer fotografías con los ojos,
habría que tocar el violín con los nervios,
nada más con los nervios,
habría que ir a gritar lo que se agita en el huracán de la mente,
habría que abarcar el espacio por defecto.
Hoy no puedo,
de verdad que no puedo.
Habría que zambullirse en las piscinas para llorar,
para ver el silencio denso y en círculos,
para no ver,
para atrapar la dimensión de lo insonoro,
diluirse en la pena,
con la pena,
contra la pena.
Habría que poder trasladar ese pedazo de cielo que vi ayer
a su lugar de detonación,
traerlo consigo porque si no
no sería posible
haberlo tenido que mirar
de aquella forma,
tú allí como un simple circuito
de su electricidad
registrando con cosas inexpresables
aquel lugar inexpresable.
Su lenguaje eres tú,
se gestó en tus entrañas
y está en el aire,
se fabricó con tus tejidos
y está en las horas.

Te quedaste imbuido de su poder porque dormías,
porque tenías que respirar
y aparece y desaparece al anochecer.
Se convirtió en tu alma por defecto,
por la violencia de un descuido,
por la velocidad a la que traspasó tus dedos
que titubean
ahora.
Traducir los colores por lo que nos agravaron,
por su gobierno,
entrar al mundo de las alucinaciones por los oídos,
tener acceso al movimiento por este desamparo,



Fly Geyser NV Pictures, Images and Photos



hacer vendas
porque se sabe que habrá dolor,
que habrá habido mucho dolor,
y que hay un extraño
que nos usurpa.










FUGA








 

FUGA







rose Pictures, Images and Photos





Yo no soy esta palabra que me oculta,


Estoy


en el claro dominio de la noche.


















sábado, 19 de septiembre de 2009

Horas Cóncavas // Acercarse A La Fragilidad De La Escritura









Horas Cóncavas

 




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“Cómo decirte, compañera del alma


insondable,


que el amor nunca renunció a nada,


y por eso, no existe.”





-Miguel Oscar Menassa-





Acercarse A La Fragilidad De La Escritura











Escribir como una araña,
nada saber de mí, pero yo...
nombres... teorías... nombres...

Me doy cuenta de que en este momento
me hago saber que me puedo decir, a mí, pero yo,
nombres... teorías... nombres...
el rigor con el que no me reconozco me hace decible
-la frase que me implica-
lo incierto se deja en mi mano una medalla.

Pautas, títulos, elegir, desechar...
Cortázar, Rulfo, Nietzsche, Noviembre,
Febrero...
me levanto a calentar un café, se me olvida la frase, me resulta vacía,
¿lo vacío no resulta?... ya he cruzado una esquina, puedo volver sobre mis pies, puedo negarme en esta zancadilla, construirme cuando estiro una pierna,
lo puedo no contar,
¿y para quién lo cuento?

Traducirme a palabras,
suprimir lo que sé, ¿existe saber?
mañana empezaré desde el blanco impreciso...

Pero...
corregir, ordenar, ordenar, decidir...
no está debajo de la cama, no en el congelador,
me levanto a cepillarme el cabello,
tengo el impulso de cepillarme el cabello:
llorar... llover... llegar... llo...

Cada vez que me quedo así, sin saber –yo-
con una sensación de presencia que viene,
me salgo a recibir en movimiento,
¿estoy segura de que eso sea así?... ¡no!,
¡es esa humanidad que me invade!,
los intersticios, las palabras, lo púrpura,
el color de lo púrpura ha arrancado los relojes de mi carne,
yo presiente esta noche tus brazos tan suaves, no profundos,
los ruidos que conducen las cosas, la densidad del placer,
la tensión de la idea, las patatas con todo su corazón.

Los flecos de las voces, el sitio, la manera,
la sobredeterminación,
la pobreza.

La decisión.

No digo nada,
digo: promiscuidad, avaricia, lo que como se llame.

Con los ojos vendados, así es como se escribe,
acosada por el género, por los nombres, por el reloj,
garrapatas en el asiento de la silla,
hormigas en la cabeza,
pájaros en las metáforas,
serpientes en el cuadro universal del silencio,
mi lengua consulta un otorrino que disfraza el dolor
y los asesinatos que nos aguardan,
besos aquí.

El acto de estar callada, de conversar
mi palabra de Muerte,
aquella que se acurruca en mis brazos de Sábado,
la otra que se acurruca en mis brazos en los que nada puede estar,
aquella que se sienta en el frío en mis brazos,
la sobreacumulación que conduce esta máquina,
me cepillo el cabello, me levanto la voz,
estos signos que agreden...

Las cartas que se me olvidan en el desorden del armario,
la imposibilidad de abrir la caja que debe estar en la consigna del armario,
el orden de la estampida de las cosas que no se pueden comunicar,
el error que se instala y asalta los puentes,
los cacharros, la culpa, la evasión.
De tres en tres...

Puede ser el sonido del carrusel que adormeció mi cuna,
puede ser que es desnuda la paradoja,
puede que sea posible que abandone este escrito,
no volver a saber de este mí,
no tomar aspirina dos veces, no comer del mismo pan al día siguiente,
no procurarme más.
Lo que en verdad me fascina, es este corte en la mano,
este agujero en el espacio, este bolsillo que se arranca, esta confusa pretensión,
esta tormenta,
este sabor a ozono, el primer día de la lluvia, el olor a ceniza,
el sexo que endulzó la mañana, aquella infancia con perfume de hoy,
la trigonometría de las piedras que festejaban mis zapatos brillando ante mis ojos nuevos.


lluvia en agua Pictures, Images and Photos



El hecho de la lluvia es la lluvia tiritando para tender a los brazos maternos, la lluvia de Diciembre de 1.971 y el hielo que dejó la mañana de reyes junto a un patín, mi cartera de plástico, la falda delante del fotógrafo con una rosa protegiéndome el miedo, el placer de no estar entonces en las palabras, vaciarse ahora, vaciarse nunca, la exigencia del rojo, la muralla del negro.





















El Laberinto Tiene No Tiene Puerta





El Laberinto
Tiene No Tiene Puerta





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El poder del deseo no está en tus ojos extraviados en mis piernas
ni en que controles perfectamente la situación
ni en que no tiembles cuando estés destapando cerraduras
o esa frase clavada en el alma
que apareció en el aire
y al aire pertenece.

No está en mis obsesiones maternas en las que me solía gustar
pasar la lengua delicadamente sobre la inocencia del filo de un cuchillo,
no está en tus ojos ni en todas las veces que se licúan
cuando los miro

ni esta gramática elegante
que amaneció aterrada.

Ni en mi cuerpo reventado por el placer
estallando en montones de crímenes
y desaparición.

El poder del deseo es acumulativo, giratorio, lunar,

está en que nunca digo lo que pienso y entonces.

No está en las enes y en las erres que se transmutan y arrasan el lugar,
ni en tu pene pequeñito que se deshace entre mis manos
porque son ellas
las que se nutren del agua de tu país amniótico.



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El poder del deseo no está en tu sexo de color transparente que duele
y trae consigo la dispersión,
a fuerza de no tener ubicación
su energía se pega al paladar,
a las costillas,
esquiva los obstáculos de tus andares,
los espejos son sombras a medias, envuelven cosas que parecen ser nadas.

El germen del deseo no esta en la fuerza de ser desproporcionado y oculto
y ponerse a hablar con los agujeros,
porque ellos,
son irreconciliables.


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El poder de todo esto no está en que vayas a venir,
dijeron siempre: abrasa como soga de ahumado,

yo no lo creo,
yo si lo creo,
lo que sucede es que no hablo claro conmigo.

Tampoco está en el aire que se insinúa, que se atraganta,
que se atornilla,
que se hunde,
que crece fueradentro de mis versos cazando mariposas.

El poder del deseo no está en tu casa ni en la mía,
no te imaginas lo imposible que sería volver,
tampoco está en los días que me quiero perder
en la pálida sombra del olvido,

tampoco está en tus manos de cabeza
ni en tu noche fantasma,
ni tan siquiera, me atrevo a suponer,
en una imagen tuya bajo la lluvia caminando
humanamente atravesado,
la belleza sería entonces
no acercarse,
sería suficiente con contemplar tu permeabilidad.

El poder del deseo
no está en los nueve capricornios que ungen tus atributos,
ni esta lengua inabarcada del mundo
que pronuncia el secreto de lo
cósmico
en tus labios.

La peripecia del deseo es que hace sumas y restas sencillas
con exigencias desiguales.







La Tierra No Escribe






La Tierra No Escribe




ATARDECER ROJO







Podría juntar los fragmentos
y abandonar la idea de tocar una estrella,
todo se desvanece, la esencia de la sangre se hace letra,
ríen y aplauden ejércitos de polvo,

dijeron que la tierra sangraría,
los cuentos de los ancianos niños
invaden mis plegarias,
la primavera, las fuentes,
tu corazón aúlla soledad.

El agujero de cinco letras es inconmensurable,
no tiene forma de lágrima siquiera,
pudiste cubrirlo con papel
o sacrificar el planeta entero
para obtener
dos
gotas
de
tinta
china.























Que Carece De Pan










Que Carece De Pan






Dali, La música - La orquesta roja - Las siete artes





Te quiero sobre la seda, sobre la aguja, en tu pañuelo,
te quiero preñar, decidir,
conquistar
la llama baldía de tu territorio,
libar tu sentenciado cuello.

Quemar la silicona de tus entrañas,
enseñarte a beber,
secarte el seco de los ojos, el rimel amartillado,
borrar la faz de tu planeta,
el asco,
la burla,
tachar de cuajo todos los estereotipos,
añadirte a mis cinco consonantes, enseñarte a cantar,
amarte por las nubes:
en el revés del firmamento los hombres se besan.

En este tiempo en el que los sexos estallan de dolor
y el odio
se incrusta a los calzoncillos
y las palabras invierten en valor
porque amor
no es nadie ...

... son noticias que me destierran de mi lengua
y ya nadie se habla,
que dicen por mí, asintiendo:
el oro del cielo es una mancha sobre tu pecho infanti l ...





BOLA DORADA



... aquellas cosas que acabaron con el aire,
aquella vida tuya
robando un fardo de billetes para comprar
tu cenicienta sexualidad.






















Mujer De Sal






Mujer De Sal







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Por las noches soñó con acariciar su cuello de cristal,
así tendría la certeza de que la amaba,
una mujer de fibra mineral
no sale a caminar como una loca entre los caracoles.


Soñó que la guardaba del vendaval de la ciudad
porque la ciudad
ruge furiosa en cada esquina,
esta mujer representada por todos los pájaros
y que jamás la libertad la elevará las faldas
para mostrar su piel ajada por los hijos.


Estos hijos que veis
nadando en sus ojos de olvido.
Estas manos que siempre besaré
pertenecen a mi esposa,
¡sauces de magia transparente,
vientre firme
caderas inquebrantables!


¡No oséis mirarla, el tiempo
ha colocado en sus cabellos
afiebradas columnas de dolor,
la línea de su bello púbico
es intransitable!


Esta noche que el miedo acecha detrás de las cortinas
la haré el amor ante sus estertores de magnesio,
la haré el amor y abrazaré
su corazón de ojo corinto,
con mi boca mortal
voy a lamer apasionadamente su quietud
porque jamás mujer de pluma o voladora
hizo de mí
un hombre tan seguro,
mi tristeza es tan sólo comparable
a las estrellas de sus muslos.


Esta luz que se me brinda desde sus ojos de ciega
es la sabiduría de haber dormido en sus dominios,
allí donde mi cuerpo podría derretirse
ante los candelabros de mi madre.


Esta mujer de sal
por la gracia y textura de un poema
está metida en tu cerebro,
hombre actual,
que solamente dices amar
lo que no tiene vida.



























Vasos Congénitos






Vasos Congénitos






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Han pasado cien años
y aún escucho el
crujir de los
automóviles
escucho el
chasquido
electrificante
de mis rodillas al
contacto con el aire.

Esto es el sol de las ruedas
como una extrema placa
capaz de regular
mis estados de humor
el sol contra las gotas de cemento
encendiendo las ruedas
esta estrella que nada
en mis venas.

Cuando no sé dormir
pienso en lo gaseoso
y me deslizo
por un
ajedrez

saltando del blanco hasta el azul

yo sufro
de mis metarmorfosis
ahora que estoy real y tengo
el metacarpo
el conjuro
el forúnculo

la placa cuyo punto cardinal

es mi materia.

Si todavía escribo esto
es para disuadirme de la extrema pobreza
que gobierna
mi alma

sueño
cuando no puedo más
que soy una muchacha atormentada
por un gran amor
que me parezco a la hierba
que duermo
cubierta
por una semilla

y recibo a la mañana
con un dulce lirio de miel
acariciando mi sexo.






















El Universo Es De Pasión // Mariposas




Daniel Moreno García




El Universo







Es De Pasión






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Mariposas





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“Toda palabra que muere sobre mi labio es siempre mi


corazón arrancado.”




-Luis Aragón-




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Ella vino con su cajita de mariposas porque las mariposas son frágiles y les suelen gustar a los hombres. En realidad no había pensado en esa cajita de mariposas desde hacía mucho tiempo, y lo de que fueran mariposas, era más bien una idea que se le ocurrió atropelladamente por el nerviosismo que le producía aquel temblor en alguno de los labios de él al pronunciar la sílaba cre... pero en realidad no entendía de lo que hablaba, solamente miraba el labio temblando ella con su cajita de mariposas en el bolsillo del abrigo.



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Quería pensar en el momento en el que se atrevería a poner la caja roja sobre la mesa, pero no sabía si a él le gustaría que lo hiciera.



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Podía poner la cajita sin más, mientras tanto intercambiar unas palabras tratando de seguir el hilo de la conversación, pero ella no lo entendía, había optado por eso, por no entender, ya que de todas formas habría de ser sin entender como podría surgir algún acercamiento, algún error en el que nada se entendiera y cada cual habría de quedarse a solas en la mesa el uno pensando en el otro, pero así, sin entenderse, así es como podría surgir.


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Ya que la mesa estaba repleta de hojas que entraban por la ventana y la mano izquierda titubeaba en el bolsillo, la mano derecha se puso a darle vueltas a la taza del café, volvió a decirlo, volvió... cre... y se volcó la taza, lo único que se le vino a la cabeza fue el hecho de que no había papeles allí, había optado por no llevar papeles más, y en su lugar, estaba la cajita de mariposas, a salvo, en el bolsillo.



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Había optado por lo de los papeles por una sencilla razón: no era bueno pensar, las cosas no se entienden pensándolas, ni se hacen pensándolas, ni siquiera ocurren si las piensas, es por eso que se salvó del disgusto de haber mojado los papeles, de tenerlos que secar aceleradamente y volver a buscarlos entre montones de archivos.




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Él, mientras tanto, no había dejado de hablar, contaba una historia que había ocurrido en el cine, tal vez en una novela, quizás allí mismo, la verdad que ella no entendía nada, solo el temblor.



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El temblor aparece cuando se está a punto de cometer un error; no es que se agita un músculo y eso sea, como un tic, no, es algo que se sucede en un labio, o en un ojo, o en la torpeza de los dedos que vuelcan el vaso en el momento infinitamente anterior a cometer el error; es la simulación de un labio que se parte, la ansiedad de un ojo que no consigue enfocar la imagen completa, los dedos que trazan la distancia entre ellos mismos y la mano que los posee.



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La cajita de mariposas no pintaba nada en esta historia en realidad, pero cumplía una función muy importante respecto a cómo estaban transcurriendo las cosas; la percepción del tiempo, por ejemplo, o lo que pensarían las personas de aquel antro si de repente ellos dos, tan sigilosos hasta ese momento, empezaran a mover objetos de un lado para otro, qué dirían a cerca de algo tan femenino como unas cuantas mariposas metidas en una caja roja los compañeros más activos de la fábrica, qué diría el cartero si la viera allí sentada perdiendo los papeles de esa forma, qué pensarían en el banco si la supieran entretenida con la idea de sacar o no sacar un objeto tan insignificante del bolsillo, cómo iba a explicarle a él qué importancia tenía todo aquello o si la sustitución de otras cosas más tangibles, más reales, más verdaderas, como los pagos de las facturas, como los movimientos sísmicos en las cabezas que producen tantísimos accidentes, o por no tener nada mejor qué hacer con los relojes que anteponerse a ellos mediante la divagación en un objeto inmovilizado en un bolsillo, o para cómo arreglárselas con los temores nocturnos o con los viajes sin retorno o con los pasillos que no desembocan en ningún día; de qué manera explicarle entonces, si no, el inclasificable silencio que llega después de haber abierto la boca y haber dejado por ella salir palabras, besos, machetes, siglos, fotografías, océanos, desgarramientos, músculos y atados siempre a las cadenas que bordean el cuerpo y los sueños... tan borrosos, tan indelebles, que nos obligan a temblar. Cómo no hablar de las mariposas si al amor le está vetado el reino del entendimiento y se sabe, se sabe, que cuando se produce, es siempre en un error del que nada podemos saber.


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Pilar García Puerta